domingo, 21 de junio de 2015

SOBRE LA FILOSOFÍA PERENNE - 2


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En un post anterior describíamos, a modo de introducción, los orígenes y fundamentos de la Filosofía Perenne. En éste, nos vamos a sumergir en la naturaleza y objeto de la misma.


Filosofía Hermética vs Filosofía Perenne


La Filosofía Hermética (o Hermetismo) parte del principio de dualidad: "lo que está arriba es lo que está abajo"; positivo y negativo; bien y mal; masculino y femenino; blanco y negro; yin y yang;... etc.   En definitiva: describe un Universo de opuestos y, a la vez, de complementarios. Todo tiene su contrario. Como fin último, y para nada desdeñable, la transmutación y/o regeneración de la PERSONA: muerte y resurrección; nigredo y albedo. Todo ello, a través de una de sus principales disciplinas (la Alquimia), para la obtención de un ser "Superior": el Rebis Alquímico; el Andrógino Perfecto.

No así la Filosofía Perenne, por lo que no es ningún tipo de escuela o corriente de pensamiento. Su fundamento es el Ser, su transcendencia última en la Naturaleza y la fusión con la Divinidad. Por lo que somos la propia Divinidad.


Una Única Verdad; Verdad Eterna


Como Filosofía Verdadera, lo abarca Todo y es la Unidad. Es decir: es la No-Dualidad; por lo tanto: es "Advaita" (doctrina ramificada del Hinduismo, no dualista, que asevera la Unicidad entre el Alma y la Divinidad). Es Atemporal: por lo tanto, no sólo el espacio es un ensueño, sino también el tiempo. Se hace hincapié en que "todo sucede aquí y ahora", pero no motivando el aquí-ahora de una forma fiel, sin espacio y de un modo atemporal; viviendo en el Eterno presente. Es transcultural: abarca diferentes sociedades y/o civilizaciones; manifestándose en todo territorio y época.  En síntesis: Es una enseñanza espiritual más allá del tiempo y erigiéndose en expresión directa de lo Eterno (de ahí el término Perenne).

En cuanto a la PERSONA: somos materia (cuerpo), mente y espíritu. Todo uno. Pero, sobre todo, somos Espíritu; mente y cuerpo son simples manifestaciones. Somos trinidad, como representación, pero, Unidad, como Realidad inmanente y transcendente.

La modernidad, como contraposición a la Tradición, forjó la visión del mundo sobre una falsa y aparente dualidad del cuerpo y de la mente; obviando, insolentemente, el Espíritu. Las sombras de nuestra espiritualidad es la psicología; recreando apariencias y falsas realidades de nuestro devenir; redescubriendo nuestra verdadera divinidad. El "culto" al cuerpo es el paradigma de nuestro tiempo; negamos el envejecimiento natural de nuestras existencias y su consecuencia última.

La Filosofía Perenne es una Verdad allende de la razón. Por lo que debemos reconocernos, y reivindicarnos, en la pureza de estas excelsas Virtudes: Humildad, Bondad y Simplicidad. Todas ellas, requisitos básicos para, así, poder reencontrarnos con nuestro "YO" verdadero. Somos Esencia del Ser. Nos somos cuerpo; no somos mente. Somos Espíritu... Solo "Somos Eso".

Somos un conjunto de Valores, anteriormente detallados, Inmutables, Eternos, Únicos, Inmanentes y Transcendente. Por todo ello, debemos evolucionar desde una primera etapa emocional-sensitiva, atravesando (y superando) al intelecto, hasta converger en el Espíritu. Pasando a ser Luz de nosotros mismos. Hemos "despertado" fundiéndonos con la Divinidad. Somos Budas reencarnados; somos la Luz...

Somos COSMOS y espejo del mismo,
Somos gotas de agua impactando en la inmensidad del Mar,
Somos Verdad,
Somos el Ser,
Somos Consciencia,
Somos el sujeto transcendente,
Somos la Luz en el Camino,
Somos Luz en nuestro deambular existencial,
Somos indagadores impenitentes de la Paz,
Somos buscadores irredentos del Amor Universal,
Somos albaceas de la Felicidad,
Somos comunión de religiones,
Somos disolución con la Divinidad,
Somos lo Absoluto,
Somos Eternidad.


Recomiendo la relectura del anterior post: SOBRE LA FILOSOFÍA PERENNE



Santiago Peña



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